sábado, 12 de abril de 2014

El Museo del Prado en tiempos de Guerra (I)

Una de las historias más angustiosas y admirables de la historia del Museo del Prado es la epopeya que protagonizaron los fondos que confeccionan la colección permanente, un auténtico tesoro artístico de valor incalculable que durante la Guerra Civil Española fue trasladado por el Gobierno de la República, tantas veces como el propio gobierno cambió de sede a medida que avanzaban las fuerzas nacionales. 
 
Recorrido del tesoro español durante la Guerra Civil Española

En un muy interesante documental (aunque está bastante teatralizado) titulado Las cajas españolas (2004), Alberto Porlan nos muestra minuciosamente cómo fueron realizadas todas las gestiones y traslados de las obras de arte en el período que abarca de agosto de 1936, con el cierre del Museo del Prado, hasta el mes de septiembre de 1939, momento en el que se vuelven a colgar los cuadros en el museo tras venir en tren desde Ginebra, una vez comenzada la IIª Guerra Mundial.

Este complejo viaje de ida y vuelta se inició al tiempo que los bombardeos sobre Madrid alcanzaron el 16 de noviembre de 1936 el Museo del Prado, quedando su estructura dañada por las bombas incendiarias que impactaron sobre él, pero que no causó grandes daños estructurales en el interior del recinto, como aseguraría el arquitecto del Prado en esos momentos, José Lino Vaamonde (que había sustituido a Pedro Muguruza).

Por supuesto, las obras de arte se mantuvieron intactas, puesto que por decisión del director del museo en funciones, Francisco Javier Sánchez-Cantón (recordemos que Pablo Ruiz Picasso había sido designado director del museo, pero que nunca ejercería el cargo) estaban desde el cierre del museo aseguradas en los sótanos y en la rotonda baja del edificio de Villanueva, mientras que en la parte superior se encontraban sacos terreros soportados por andamios, como nos muestran las imágenes de Hauser y Menet.

Rotonda de la planta principal del Museo del Prado con sacos terreros, Hauser y Menet
(octubre 1936). Archivo Museo Nacional del Prado
Galería Central desmontada. Protección de sacos terreros para esculturas y mesas de piedras duras. Archivo Museo Nacional del Prado.

No debemos olvidar que tan solo cinco días después del alzamiento nacional fue creado por la iniciativa de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, dependiente de la Dirección General de Bellas Artes, y que sería dirigida desde agosto por el cartelista valenciano Joseph Renau. Desde este momento, se trabajará en centralizar el tesoro artístico español, por una parte para evitar que prosiguiera la destrucción y rapiña de edificios eclesiásticos en varios puntos de la península, del mismo modo que se trataba de evitar que el ejército nacional se hiciera con ello.

Fotograma del documental Las cajas españolas, Alberto Porlan, Drop a Star, España (2004)

Al Museo del Prado llegarán desde el inicio de la guerra muchas cartas anónimas en las que se da noticia de patrimonio artístico desperdigado por la península y que está en peligro de perderse por una falta de conservación adecuada. Es el caso de las obras de El Greco realizadas para Illescas, que según una nota, se encontraban escondidas en unas cuevas de la localidad, situación ante la cual, se personaron en Illescas responsables de la Junta de Incautación para llevarse los cuadros a Madrid. Ante la negativa de los ciudadanos de Illescas, se tuvo que asegurar a su alcalde que las obras serían guardadas en cámaras de seguridad del Banco de España, donde finalmente se depositaron (con las consecuencias negativas para su conservación, puesto que bajo el edificio hay corrientes de agua que producían una humedad que dañaron seriamente los cuadros, aunque fueron felizmente restaurados una vez que Illescas había caído bajo el poder de los nacionales). 

Tras ello, a principios del mes de diciembre, con el aumento de los bombardeos sobre la ciudad se encarga a Mª Teresa León y a Rafael Alberti que se hagan cargo del traslado urgente de los tesoros del Museo del Prado a Valencia, ciudad donde se acabaría movilizando también el gobierno de la República, ya presidido por Juan Negrín. La obra elegida para ser la primera que saliera en dirección a Levante fue La familia de Felipe IV o Las Meninas, ya considerada como el mayor de todos los tesoros del museo y que no estaría exenta de polémica, puesto que también había salido en algunos noticiarios la idea de vender el patrimonio para poder hacer la guerra a los nacionales, aunque finalmente esta posibilidad no fuera ni siquiera propuesta.

Debido a la gran dificultad que se tuvo para depositar la obra en Valencia, León y Alberti dimitieron de inmediato de esta responsabilidad, tras la cual y pasados los meses se crearía la Junta Central del Tesoro Artístico, verdadero organismo que sería responsable del patrimonio histórico-artístico de la zona republicana durante el resto de la contienda, teniendo como máximo responsable al pintor extremeño Timoteo Pérez Rubio, esposo de la escritora Rosa Chacel. Su primer objetivo será centralizar el patrimonio en tres instituciones: el Museo del Prado, el Museo Arqueológico y la Basílica de San Francisco el Grande.
Obras depositadas en la cripta de San Francisco el Grande, 1937.
Instituto del Patrimonio Histórico de España (IPHE)

En muy poco tiempo empezaron a enviarse las obras a Valencia, siendo depositadas en un primer momento en la Iglesia del Patriarca de la capital levantina, mientras se construye un gran dispositivo en las Torres de Serranos, una fortaleza del siglo XIV formada por una torre de tres pisos a la cual el arquitecto José Lino Vaamonde adecuó para que aunque la fortaleza fuera destruida por los bombardeos nacionales, las obras no sufrieran ningún daño en la parte inferior de la estructura.

Embalaje de La Familia de Carlos IV en el Museo del Prado para su traslado a Valencia.
Archivo del Museo Nacional del Prado

Torre de Serranos. Proyecto para su adecuación como depósito de obras de arte. Abril 1937.
Instituto del Patrimonio Histórico de España (IPHE)

2 comentarios:

  1. Tan implicado estaba en este asunto Rafael Alberti que llegó a escribir una obra de teatro, Noche de guerra en el Museo del Prado, donde los personajes de algunos cuadros, como los del 2 y el 3 de mayo de Goya, cobran vida para defender el museo de los ataques de los nacionales.
    Un saludo.

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    1. Vaya, no conocía esa obra de Alberti. A ver si le echo un vistazo.

      Gracias por el apunte, Cayetano.

      Un saludo y que pases una buena tarde.

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